viernes, 3 de enero de 2020

2020/01/03 - Pluma incandescente




No sabes cuánto me gustaría no necesitar escribir esto. No te puedes llegar a imaginar cuánto me tranquilizaría poder disfrutar de la ilusión de las fiestas, del cariño en familia y de los recuerdos felices, pero es algo que parece cosa del pasado. Tengo la sensación de que mi vida acabó hace cuatro años, cuando te fuiste, y que, desde entonces, lo único que he podido hacer es vagar sin un objetivo que me dé fuerzas.

Hasta cierto punto, desearía que el dolor me hubiera insensibilizado. Que me hubiera convertido en un alma vacía y sin emoción, sin la capacidad de recordar cada lágrima, cada brote de rabia, cada vez que me planteé la injusticia de la vida. Desearía haber podido olvidar todo eso de una vez o, por lo menos, haber podido superarlo.