lunes, 16 de marzo de 2020
2020/03/16 - Náufrago
La luz de las farolas era lo único que le acompañaba esa noche de cielo oscuro y viento frío. Paseaba por las calles vacías de un pueblo que desconocía sus sentimientos, que no conseguía consolar sus penas y que no entendía su dolor. Paseaba, en realidad, por pasear.
Cada metro que avanzaba parecía convertirse en kilómetros. Parecía que a cada instante su mente le implorase clemencia, pidiéndole un descanso. Su cuerpo, sin desgaste alguno, simplemente obedecía. Parecía moverse por instinto, con la cabeza baja y la mirada clavada en el suelo que pisaba. No entendía qué hacía ahí, pero tampoco quería buscar una explicación. Solo quería andar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)