Este no es un texto literario. No es una historia que me haya inventado para experimentar, desahogarme o distraer la mente. Es algo que, quizá, necesito plasmar en algún sitio. Antes de nada, siento de verdad que el blog, como dije, se haya convertido en "mi muro de las lamentaciones" particular, simplemente es una vía de escape. No sabéis como me ayuda cuando necesito explotar pero no quiero que nadie se vea afectado.
No sé ni cómo empezar esta mierda, porque no tenía pensado hacerla. Son las 7:41 de la mañana del 20 de noviembre, en tres horas tendré que salir hacia clase (no había nada planeado, vaya). Supongo que a medida que escriba irá saliendo lo que quiero decir; por lo menos eso espero.
Lo primero es que estoy mal. Si veis que alguna vez os respondo mal, si veis que tardo, si veis que no estoy como siempre, es normal. Sigo intentando estar bien al hablar con todo el mundo porque sé que en cuanto nos damos cuenta de que alguien está mal, se nos corta el rollo y la conversación pasa a ser una máscara. No quiero eso, así de simple.
Cuando yo estoy mal, como ahora, suelo dejarme llevar por los impulsos, sobretodo por la noche. Esto es, lloro. No es nada raro, es la forma de desahogarse que tenemos los seres humanos, pero lloro. Lloro con rabia y siempre por el mismo motivo. Puede parecer una gilipollez, pero sentirse sólo puede acabar siendo lo único en lo que tu mente busque centrarse -quizá para joderte más, no sé- durante todo el día. Y agota.
Tengo muchísimos amigos y amigas, el 99% todos buenísimos y con los que hablo muy frecuentemente, básicamente cada día. Me lo paso genial con ellos, con todos. No me siento sólo en ese sentido, así que por eso no os preocupéis, no podéis hacer nada.
Lo que me ronda (por no decir que me revienta) la cabeza cada noche es el por qué. Por qué tengo que sentirme así si prácticamente siempre he estado sólo. Y ya no sólo eso: ¿por qué tengo yo que sentirme así, y los demás no? Estoy seguro de que hay muchísima más gente que se siente como yo, ¿pero por qué tengo que ser yo el más débil? Soy al único al que se le nota en la cara o la voz, el único que necesita escribir esta mierda de entrada para intentar sentir que sabe lo que siente. No me parece justo.
No pido mucho. De verdad, siempre me paro a pensarlo, y no pido mucho. Si pidiera una puta mansión en Miami y tres Aston Martin en la puerta, pues entendería que fuese un imposible; pero no pido nada de eso. Con no sentirme sólo tengo más que suficiente. Y no lo consigo. Esto me está llevando peligrosamente a no poder distinguir del todo si, actualmente, estoy sólo porque es lo que me tocará vivir toda la vida o no. No tiene ninguna lógica, pero cuando estás entre el llanto y la rabia más absoluta hundiendo la cabeza en la almohada, cualquier teoría parece lógica.
Quizá lo que creo que es lo peor es que hasta ahora he tenido fuerzas tanto para seguir viviendo así como para aceptarlo. Ahora ya no. Aceptarlo ya es un imposible, sólo puedo seguir viviendo mientras pienso cada noche en lo mismo. Y, por raro que parezca, eso es muchísimo peor.
Recuerdo que en el relato "Luna" que publiqué en este mismo blog describía como el protagonista sentía "una extraña presión en los ojos, en la nariz y en el pecho". "Luna" describía perfectamente cómo me sentía yo en ese momento, de ahí que lo escribiera. Pensé que no podía estar así otra vez, que cuando pasas por eso ya no vuelve, como si fuera una enfermedad contra la que te vacunas. Iluso de mí.
Se me está alargando mucho esta entrada, pero ya os he dicho que no la tenía planeada. Simplemente podría estar horas y horas escribiendo, intentando describir cómo me siento, pero igualmente creo que sería inútil.
Supongo que es como si la vida te diera diez cartas para jugar. Cinco son buenas, dos las tienes repetidas y tres son inútiles: sólo sobran y molestan. No quiere decir que quizá dentro de dos meses no vaya a estar genial, animado y con fuerzas, pero ahora no tengo una buena mano. Tengo cartas inútiles, que molestan y cansan.
Si has llegado hasta aquí (o si has saltado hasta este párrafo, me da lo mismo), es que te aburres mucho, pero no creas que esto va a mejorar.
La cosa es que estoy cansado.
Estoy exhausto.
Hay etapas duras en la vida, sin duda. Esas pasan y quedan en un mal recuerdo. Pero cuando el malestar pasa a ser cosa del día a día, la vida te parece de todo menos vida.
Además, no te gusta sentir que la vida te está tratando mal porque en el fondo sabes que es un privilegio estar vivo. Pero no puedes dejar de pensar "Estar vivo... ¿Para estar así?". No sé, quizá es algo que sólo me pasa a mi. No me voy a suicidar, tranquilos, valoro más mi vida que todo lo que existe en el planeta, sólo era una reflexión.
No sé qué hacer. Como os digo, el sentimiento de ser un trozo de carne abandonado y cobarde no desaparece con unas cervezas con los amigos o dibujar un rato. Es algo que se impregna en ti y condiciona todo lo que haces. Acabará yéndose, por lo menos eso espero, pero por ahora sigue aquí. No sé qué tendría que hacer, porque no es algo que dependa de mi. Otra cosa no, pero los sentimientos son incontrolables, así que estoy en punto muerto.
Todo avanza, menos yo. Y la vida no espera a nadie.
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