El año 2016 ha sido duro. Fue un poco una putada que aunque parecía corta se fue dosificando a lo largo de 12 meses en los que cada vez me cansaba más el día a día. Ni tristeza (que la ha habido) ni alegría (que también), simplemente pesadez. Tedio. Cansancio. Ha sido como si no hubiera podido disfrutar ni de los mejores momentos porque ya estaba pensando en otra cosa que tendría que hacer la semana siguiente.
Pero bueno, vamos al grano. ¿Qué es lo que quiero para 2017? Apunta, Melchor, empanao.
Pues mira,
para empezar, que el curso no se me haga tan pesado. Que no tenga que estar siempre
tan estresado, preocupado, ocupado y harto de lo que se supone que me
gusta.
Tampoco iría
mal que me dejarais bien de salud. Quizá esto debería ser lo más importante.
Quizá no, seguro. Pero se me ha ocurrido ahora, qué más da. Pues eso, que
precisamente mientras escribo esto tengo la espalda molida, lo que me obliga a
estar buscando posturas barrocas para poder estar sentado más de cinco minutos
sin sentir una presión, diremos, "curiosa" sobre las lumbares.
Aunque
supongo que esto se me pasará, me refiero más a temas de salud que de verdad
sean importantes, que aunque no sufro de nada nunca está de más pedir para seguir
bien.
Me gustaría también tener un respiro en cuanto a disgustos personales. Que
uno está contento y bien porque las navidades son todo vino y castañuelas, pero
no olvido que este año ha sido batacazo tras batacazo, con sus respectivas
noches de comerse la cabeza y acabar hasta los huevos del mundo, de la vida y
de uno mismo. Ni hace falta ni son necesarias esas noches, caballeros. O por lo
menos, ya que sois reyes, estiraos y traedme un lote de juegos para la 2DS, que
así no pienso en los malos rollos. No sé, curráoslo, que para algo os pagan.
Supongo. No sé quién, pero seguro que os pagan.
Relacionado con lo anterior, un poquillo de cariño cercano no iría mal
tampoco. Cercano como para estar a milímetros, ya me entendéis. No pido tampoco
un roller coaster sexual, como si de
lo que es el frunjir no hay nada, a
mí eso me da bastante igual. Pero una moza con quien estar al menos. Cabrones.
Perdón. Majestades.
Si podéis, así como
sugerencia, podéis traerme un poco más de seguridad. En lo que hago, en lo que
quiero y en lo que al futuro de un servidor se refiere. No mola saber que con
veinte tacos siga sintiendo respeto
(no diremos “miedo”) a tener que coger un tren, a llamar a algún lugar público
o a rellenar y enviar formularios de la universidad.
Obviamente puedo cagarla,
pero tampoco tengo por qué estar pensándolo todo el rato, que al final me
siento inútil.
Me gustaría que descargar
dos gigas no me llevara dos horas también. Lo digo, más que nada, porque me
gustan bastante los videojuegos, mira tú por dónde, y hoy en día los juegos
suelen ocupar entre veinte y cuarenta gigas por lo general. Lo que significa
que necesito entre veinte y cuarenta horas para descargar algo que ‘la gente
normal’ tiene lista en dos o tres, tirando alto.
No vería mal tampoco que
la peña se abriera más. Yo soy mucho de abrazar, dar cariño y decir que quiero
a la gente que de verdad se lo merece; y no lo veo como algo raro. No se
acabaría el mundo si algunas personas dejaran de ser tan herméticas, sobre todo
en la facultad. Tampoco te digo que te coman la boca para darte buenos días,
Dios me libre (siempre había querido usar esta frase), pero un abrazo al menos,
que un ‘buenos días’ desde la silla al verme entrar en el bar, para algunos, se
queda muy corto.
No sé, hacer una lista
así, improvisando, es complicado, pero no creo que recuerde muchas más cosas.
Obviamente, espero que a
todo el mundo le vaya genial el año, pero vamos a ser sinceros: la mitad de mi
2016 ha sido una soberana mierda. Una mierda del tamaño del Taj Mahal. Creo que
si hay una cierta cantidad de buena suerte a repartir, me merezco una parte más
que considerable.
También quiero quitarme
algunos vicios. Yo me entiendo. No es nada raro, no flipéis, pero para el Raúl
del futuro (que estoy seguro de que volverá a leerse esto, porque es lo que
hago siempre con lo que publico en el blog), quiero que quede constancia.
Supongo que poca cosa
más, Melchi (es colega, no os preocupéis).
Ah, y el Tekken.
Que no haya ningún
problema con la salida del Tekken 7, que con eso sí que os mato.
Feliz año nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario